26 noviembre, 2011

Travesía, Río Negro Uruguay- Mercedes;Villa Soriano. 10 al 14 Nov.2011

Bitácora de Viaje: Travesía Río Negro
República Oriental del Uruguay
Mercedes-Villa Soriano; 10/11 al 14/11/2011)

El siguiente relato, con el detallado de los hechos de nuestro viaje número XVII, forma parte de la Bitácora del acontecimiento que año a año mueve a éste grupo de amigos a recorrer los río de América, sin techo ni reparo alguno y con la misma tracción a sangre que utilizaban los originarios de nuestras tierras como motor principal. Lejos quedaron las germinales travesías por el Río Salado que permitieron llegar a la complejidad con la que contamos hoy a la hora de viajar. Ahora bien, queremos hacer una aclaración. Que la Bitácora sea un relato detallado, no quiere decir que en ella se escriban todos los sucesos acontecidos. Sería una versión borgeana de su “Funes el memorioso” de los “14 a Flote”. Quienes ocupamos el privilegio de transcribir los hechos, arbitrariamente nos reservamos la contada de algunos para no inquietar ciertas almas.
Hecha la aclaración, vamos a lo que nos compete.
A comienzos del año en curso, se podría decir que ya al finalizar el viaje del año pasado, hubieron propuestas del próximo itinerario, las mismas bogaban por remar el tramo del Río Negro que une la ciudad de Mercedes, Capital del Departamento de Soriano, en nuestra hermana República Oriental del Uruguay a la que la mayoría de nosotros queremos como propia mas allá de las desafortunadas declaraciones del “socialísta” Tabaré Vazquez., hasta la ciudad Fundada en 1624 como una reducción de indios Chanáes, Villa Santo Domingo Soriano, que constituye el asentamiento europeo más antiguo en territorio uruguayo. La población fue emplazada originalmente en la isla del Vizcaíno, en la confluencia de los ríos Negro y Uruguay, trasladándose posteriormente a tierra firme, probablemente debido a las inundaciones y ataques de indígenas hostiles. La idea primigenia era llegar a la primera ciudad de la Banda Oriental, más teniendo en cuenta que no son muchos los kilómetros a remar.
La cita para los de Ensenada era en el galpón-depósito del amigo Grabiel Yuhak, ahí habíamos llevado todo el equipaje el día anterior, canoas incluidas, para salir el Jueves bien temprano por la mañana. Tal como siempre ocurre, inconvenientes desafortunados indeseados por todos y traídos por uno, demoraron la partida. Nos faltó la póliza de seguro del trailer, en consecuencia, la salida se retrazó hasta llegadas las 11,00 aproximadamente. El Servicio Meteorológico Nacional, gran aliado de nuestras programaciones, anunciaba 4 días estupendos, con una luna llena a pleno, y efectivamente no se equivocaría. Por diferentes razones el plantel de raidístas se vio un tanto disminuido en relación a otros años, así que la nómina definitiva fue la siguiente: J.L.Barrios (en adelante El Negro), Alejandro Alvarez (Chirola), Cristian Loidi (Nacho), Adrián Firpo (Quino), Eduardo Cao (Kaos), H.J.Volpi (Pastilla), H.A.Curti (Horacio), Fabián ¿……..? (El Ruso), Oscar Ponce de León (Oscar), Grabiel Yuhak (Gaby, Fredy, Hailander, etc) y Fabián Cabanellas (Cdte. Amilcar).
El viaje transcurrió sin mayores contratiempos excepto una encerrona que le hicieron a Grabiel en la Av. Costanera de la C.A.B.A, que pudo sortear con maña gracias a su diestra muñeca de conductor avezado. Llegamos a la Aduana (paso fronterizo) a eso de las 18,00 hs, ahí nos hicieron el primer problema, porque las canoas no estaban matriculadas y además debíamos tener una invitación del club Uruguayo donde se llevaría a cabo el evento. El primer tema tratamos de explicarlo (de igual manera que el año anterior), haciendo referencia a que las canos son embarcaciones que no tienen matrícula, y al segundo le respondimos que no teníamos la invitación por escrito, pero la gente del Club de Remeros nos esperaba ansiosamente, ya que éramos número puesto para ganar la competencia, ja,ja,ja. Cuando solucionamos ese conflicto (firmamos una declaración con las características técnicas de las canoas, bla,bla,bla.) aparece otro. El muy prolijo Señor Caos, no hubo hecho el Seguro del Mercosur, por lo tanto no podía pasar la camioneta. Hasta que el Ruso buscó mejor y encontró envuelto en un billete de $100 el seguro del Mercosur de la camioneta del prolijo Caos.
Cuando entramos a Mercedes, desde el puente que cruza el Río Negro, se ve un club que está anterior al de Remeros de Mercedes, el Ayuí, que ya lo hubimos visto el año anterior al finalizar la travesía. A Horacio se le ocurrió, que podríamos preguntar en ese club sólo por verlo un tanto más humilde en su infraestructura edilicia, con lo cual intuyó que el trato de sus personas debiera ser mejor que el que recibimos en el gran “Remeros”. No se equivocó. Fue un gran acierto, ya que nos recibieron con una enorme hospitalidad. Consultamos si nos dejaban acampar esa noche, anterior a salir a remar, y dejar los autos y la camioneta con el trailer durante la remada y volver el lunes a buscarlos. La respuesta fue inmediata. Primero nos mostraron un solar de césped con mesa y parrilla donde podíamos armar las carpas, el baño con duchas, y no conformes con lo ofrecido, a una de las personas del club se le ocurrió que no armáramos nada de carpas, que durmamos en el quincho que nos traían colchones. Agradecimos enormemente, dijimos que teníamos colchonetas y bolsas de dormir y preguntamos cuánto debíamos pagar, la respuesta fue que al otro día cuando nos vayamos a remar, antes de salir con que le diéramos la mano estaba pago. De manera que esa noche no tuvimos que armar las carpas y dormimos en el Quincho de la institución. Esa fue la primera noche a la vera del Río Negro, con una luna tan grande como nuestro entusiasmo. Al toque una delegación se fue al supermercado a hacer las compras, mientras el resto empezamos a saborear Patricias y Pílsenes blancas y negras compradas en el bar del Club. A manera de contraparte a la bienvenida de los hermanos Uruguayos, encargamos la cena a la chica del Restaurante del club y después de deglutir unas milangas, pizzas y papas fritas seguimos destapando unas cuantas birritas más. Nacho, sin dudas fue quien mas destapó, y nos fuimos yendo a dormir, algunos frescos, otros no tanto. El Ruso, tubo su debut de resistencia a la alta contaminación sonora que emiten los ronquidos que emanan de las fauces cavernícolas del Negro y Pastilla, tal es así que en determinado momento el tipo no podía aguantar mas y se retiró del Quincho aturdido por los enormes truenos.
Con el amanecer (5,30 hs aprox.), nos fuimos levantando. Gaby y Fabián hicieron punta, prepararon el mate y comenzaron a juntar agua para el viaje. Luego de preparar las canoas con el equipamiento, partimos desde el Club, río abajo, buscando nuestro primer destino. Al toque pasamos por el Club de Remeros (lugar de destino del año anterior) y proseguimos viaje con un sol espléndido y sin vientos en superficie, (diría Nadia).
Luego de 1,10 Hs de navegación, para lo habitual era poco, casi nada, encontramos una linda playita para tomar mate, que inmediatamente se transformó en lugar de acampe hasta el día siguiente. Bajamos todos los bártulos y armamos las mesas para el aperitivo, que en realidad fue el almuerzo. Milanesas, empanadas, matambre, queso, maní, etc. Todo ello regado con Cinzano c/Fernet y soda, Coca c/Fernet, vino y creo que nadie tomó coca o soda sola. Antes, bajo el sol radiante de pasado el mediodía, nos dimos un baño en el río que estaba excelente. Luego del almuerzo vino la siestita reparadora y más tarde el acopio de leña para el fogón. Tanto Kaos como Fabián parecieron los que más disfrutaron del río, ya que nadaron contra viento y marea hasta una boya que se encontraba distante de la playa (unos 200 mts. Ja;Ja), lo que mereció una calurosa felicitación de los compañeros, para con el longevo Caos, que todavía sigue resoplando y rompiendo sillas, sillones y todo aquello apto para apoyar los glúteos y descansar la estantería.
Por la tarde se aproximó un Yate y notamos que encalló o varó en la arena, cerca de la playa. Inmediatamente fue Caos a preguntar si necesitaban ayuda, pero el tipo la desestimó, arguyendo que la embarcación tenía orza, por lo tanto salía sin mayores problemas. Al rato se acercaron hacia nuestro campamento y charlamos un rato (eran de Bs. As), luego supimos que hay muchos argentinos que vienen con sus yates o veleros a navegar este Río y disfrutan de su tranquilidad.
Por la tardecita comenzó la actividad de pesca. Los pescadores: El Ruso, Oscar y Chirola. La carnada, no era de la mejor, pero así y todo el Ruso, queso mediante, sacó un doradillo y Oscar, con señuelo, sacó dos, uno como de 2 Kg y ½ . El que no corrió con la misma suerte o no tuvo las mismas facultades, fue Chirola. Se le “escaparon” varios. Ese Viernes fue realmente excelente, por la tarde, Horacio, Nacho, Chirola y Oscar, comenzaron a preparar la cena: Empanadas de carne cortada a cuchillo, fritas con grasa. Salieron como 70, estaban realmente ricas, luego vino la sobremesa y las clásicas charlas en la que se extrañó al viejo Horacio Walberto, porque hubo poca polémica sobre política. Se hizo un repaso desde el comienzo de estas experiencias y el grado de dificultad que opera en algunos compañeros la continuidad de un nivel de remada sostenido. Para ello, Chirola planteó la posibilidad de buscar alternativas, que ya se venían charlando, que permitan, a los que no están en condiciones de remar, hacerse de una embarcación a motor y convertirse en una especie de avanzada, que haga punta, reconozca el lugar de acampe, y lleve algo de la carga.
El Sábado 12, amaneció a las 5,25 hs., desde mucho más temprano una cantidad enorme de pájaros lo venía anunciando. Con el sol a pleno y una leve brisa del Este, nos fuimos levantando y preparando el mate y las clásicas tostadas con dulce de membrillo. Desarmamos el campamento y partimos hacia nuestro segundo destino, que sería a unos 10 o 12 km antes de Soriano. Acá debo aclarar que los lugares de acampe y la localización de los diferentes sitios, se debió hacer a tientas, ya que el “organizado” de Amilcar, yo, se olvidó los mapas que el amigo Chirola se encargado de plastificar. A la hora y media de remar paramos a matear y luego seguimos viaje con viento de popa que en algunos meandros se nos presentaba cruzado, lo que hacía que nos mojásemos y lo tengamos un mucho de coté o en contra. A las tres horas de remar aproximadamente, paramos, pero el lugar no nos convenció, así que continuamos hasta llegar a un arenal, con un bosque de pinos, que al decir de algunos compañeros, estaba hechizado con una carga de misterio por la incrustación de una cruz con plumas y alambre de púa en uno de los árboles que impresionó a quienes lo vieron. Allí se armó un pequeño debate acerca de la conveniencia de quedarnos en ese sitio, y ganó gracias a la creencia en la nigromancia de gran parte del grupo la moción de abandonar el lugar inmediatamente. De manera tal que cruzamos el Río hacia la otra costa. Había cierta marejada, que en algún caso produjo un par de bandazos (no se si producto del pánico que los embargaba la situación del bosque, o sencillamente por la falta de destreza), que casi hacen zozobrar a la embarcación de Quino y Nacho. Así fue que llegamos a la costa de enfrente y luego de un par de cavilaciones, y en virtud del cansancio y la incerteza de encontrar un lugar mejor, decidimos quedarnos. Limpiamos el lugar de pastizales y espinillos, preparamos el fuego y nos lanzamos famélicamente sobre el resto de las empanadas, el queso, maní, etc. A esta altura hay que dedicarle un párrafo aparte a la gran incorporación –pensada por Quino- de la heladera que mantuvo los rolitos (de baja calidad según Yuhak), hasta el mediodía del Domingo, con lo cual, las bebidas se pudieron disfrutar bien fresquitas.
Por la tarde, salieron a la cancha los pescadores y los nadadores. Entre los primeros, Chirola y Horacio, en por entre los segundos, Caos y Amilcar. El grupo de Pesca no tubo mucho éxito y el grupo de nado tampoco, ya que el compañero Caos sufrió un repentino espasmo, descompensación, o cagazo, vaya a saber uno, a los pocos metros antes de llegar a la boya y volvió nadando perrito con el apoyo psicológico del Comandante Cabanellas.
Con una nueva Luna llena a pleno por segundo día y un cielo azul oscuro completamente estrellado gracias a la falta de contaminación lumínica activada por el hombre, los asadores (Nacho y Quino) echaban mano a un costillar y un vacío traído de la Argentina por la actitud insurrecta del cumpa Ponce de León, que desafiando las leyes que nos rigen para el traspaso de ciertas mercaderías por la frontera internacional se sublevó y lo trajo igual. Luego de cuatro o cinco horas de cocción, estaba listo para cenar. La comida se regó con vino (estiba I) no hubo aperitivo previo, sólo un par de Pilsenes que se conservaban frías en la Heladera.
Mas tarde, y con unos vinos encima, se armó una polémica a raíz de las connotaciones misteriosas del bosquecito de enfrente, en la que el amigo Curtí chuzó a Hailander Yuhak, y el viejo enseguida se prendió y envalentonado (vaya a saber uno por que presaguió), apostó a que en compañía de Amilcar cruzaban de noche y traían la cruz, cosa que nunca ocurrió. En esa charla salieron a la superficie, las personalidades supersticiosas de algunos compañeros, notándose como esa “superstición” se transformaba en cagazo. Según unos, vieron que desde enfrente les hacían señas de luces, y mas tarde Chirola y Nacho, aseguran haber escuchado sonido de tambores y de supuestas ánimas que venían por ellos. Resultó que los más ateos, fueron sorprendidos haciendo rezos y persignándose.
A las 12 de la noche, le cantamos el cumpleaños 50 al Russo, el flamante integrante del grupo, que no tomó los recaudos suficientes y terminó el día con los dos pies al rojo vivo y re hinchados.
El Domingo 13, amaneció un poco nuboso y con bastante viento. Luego del desayuno, Nacho y Amilcar tomaron una canoa y fueron a explorar río abajo si había un mejor lugar de acampe ya que teníamos que pasar todo el día y ese no gustaba demasiado. Pero al cabo de dos horas volvieron sin éxito ya que no hubo lugar mejor que el que estábamos. Al mediodía, preparamos el disco para cocinar fideos con pesto, que preparó muy amablemente la vieja de Quino. Por la tarde hubo nado, pezca y campeonato de penales, resultando campeón el pái Kaos. Ese Domingo fue muy ventoso hasta media tarde, por la noche pelamos unas papas y cenamos fritas con asado del día anterior, esa fue la última noche con luna llena.
La mañana del Lunes amaneció nublada, nos levantamos temprano y luego del desayuno, comenzamos a desarmar el campamento para poner proa hacia nuestro destino final, la histórica Villa Santo Domingo Soriano. Quedaban aprox. 10 a 12 Km, así fue transcurriendo el viaje, el Russo y Chirola avistaron una inmensa vicha enroscada en una rama muy cerca de donde pasaron ellos, a los muchachos no les dio ni para sacar una foto, timonearon hacia el medio del río y huyeron despavoridos. Lentamente, con un andar más que cansino, debido al deterioro físico de una parejita un tanto gagá, fuimos aproximándonos a Soriano, llegando a un camping –frente al muelle de Prefectura- a eso de las 11,00 hs. Al toque vimos un vehículo de la policía que muy amablemente acercó a Gaby, Oscar y Kaos (los 3 conductores) al pueblo para conseguir un taxi que los llevara a Mercedes a buscar las camionetas y el trailer. Así que mientras los muchachos viajaban (40 Km) un grupo fuimos a recorrer La Villa, que sin dudas nos dejó a todos un hermoso recuerdo, por sus características bien de pueblo (1100 hab.) sus casas bajas, su linda plaza y la tranquilidad de sus habitantes. De este modo concluyó nuestra travesía, esperando volver a encontrar, el año próximo un destino que sume una nueva experiencia a ésta que acaba de terminar.

21 noviembre, 2010

saliendo de represa "El Palmar"

Travesía por el Río Negro. Uruguay


Travesía por el Río Negro, desde represa “El Palmar”, hasta el Club de remeros de Mercedes, República Oriental del Uruguay, desde el 12 al 15/11/2010.
Bitácora de Viaje



El pronóstico del S.M.N. predijo un fin de semana a puro sol, y efectivamente esa mañana del Jueves 11, amaneció con uno a pleno. El grupo que nos juntamos en Ensenada, fue convocado como todos los años, en la casa de Horacio Alfredo Curti a partir de las 8,30, de manera tal de terminar de cargar todo el equipaje en el trailer. Sólo faltaba la bebida, que en forma generosa llegó en tiempo y forma de los amigos de la vinería “El Changuito”. Una vez que hubimos terminado de atar y armar todo, el grupo dejó nuestra ciudad, rumbo a La Plata, hacia la casa de Oscar Ponce de León, quien junto a Facundo; Omar Agueda (debutante) y Chirola Alvarez, esperaban por nosotros: Quino Firpo; Nacho Loidi, pizzero (debutantes); Dardo Gonzalez; El negro Barrios; los Curti, Horacio Alfredo y Horacio Walberto, Chicona Mazzoni y Fabián Cabanellas., esta vez somos 12 los raidistas.
Luego de reparar un fusible de la camioneta (que gentilmente nos prestó, el gaucho YUHAK), encargada de remolcar el trailer, salimos definitivamente rumbo al Paisito, con el apoyo de la Suram de Nacho. El viaje transcurrió con normalidad, sólo por un par de inconvenientes con la caminera y un tema con la extensión del seguro, que gracias a la buena predisposición de la aduana Uruguaya, se nos facilitó el pase, previo compromiso de mandar una documentación por fax, al día siguiente.
Finalmente, a eso de las 19,30 hs, llegamos al Club de Remeros de Mercedes, nos pusimos en contacto con Damián (averiguamos el tema del remís para la vuelta) y nos marchamos para “El Palmar”. No fue nada fácil encontrar el lugar para descender hasta el río. Así que encaramos al sereno de la represa, quien nos dijo que por ahí era el único sitio para bajar, pero el no estaba autorizado, así que luego de unos minutos de charla (Dardo mediante) el hombre se comunicó con otra persona, y nos permitieron el ingreso. Así fue, que recorrimos unos 2 Km y llegamos al río (eran aprox. Las 21,30 Hs), y descargamos el trailer y la Suram. De este modo, (Dardo, Chirola y Fabián) volvieron con los vehículos al Club de Remeros, los dejaron ahí y volvieron en un taxi, ya sin sereno y sin posibilidad de ingresar con el vehículo, recorrimos a pata los 2 Km que nos separaban del río, cargados con bidones de agua, con frío y un hambre de puta madre. Llegando nuevamente al campamento como a las 02:00, la mayoría dormía, excepto un par, que se habían copeteado unas cuantas cervecitas Patricia (negra y rubia).
El Viernes 12, amaneció con muy buen tiempo, el grupo se fue levantando (a partir de las 6:00), Facu y Oscar debutaron con la pesca de unos lindos doradillos, acompañados por un lugareño, que a la postre resultó un tipazo que nos ayudó con las compras que quedaban, y a traer el agua.
Finalmente, zarpamos a las 9,10 hs, rumbo a nuestro 1er. Destino, el Arenal Grande, distante 50 Km, río abajo. El clima y el viento se confabulaban para que sea una jornada brillante. A poco de andar y luego de 17 Km, paramos en el interior de un arroyo, que ofrecía una playa reparadora muy bonita. Tomamos unos mates, elongamos un poco y a las 11,05; partimos rumbo al arenal. Cerca de las 13:00 hs, paramos en un sitio repleto de piedras chinas (unos 15´) y partimos nuevamente buscando la playa recomendada por varias personas.
Aprox. A las 14,30 hs, divisamos una embarcación en la costa, y allí se dirigieron: Horacio; Quino, Nacho y los Ponce, se encontraron un par de chicas que venían haciendo el mismo recorrido que nosotros en un Kayak doble. Según refirieron, estábamos en el Km 53 y habríamos dejado atrás el deseado arenal. En consecuencia se generó toda una discusión (para ese momento, llevábamos 5: 00 hs. De navegación y el cansancio era importante), sobre si estarían con el dato certero. La incertidumbre generada hizo que dudáramos en seguir o parar en ese sitio (muy lindo por cierto), mientras las discusión (fundamentalmente entre Horacio y Fabián) aumentaba, gareteábamos río abajo, hasta que decidimos volver –corriente en contra, como 500 mts- ante la inseguridad de encontrar el arenal, o algún otro sitio mejor que el que dejábamos atrás. Fue así que luego de ese esfuerzo importante, y ante la sorpresa de las mujeres, al vernos llegar nos dio la sensación casi exacta que las chicas huyeron rápidamente ante nuestra vuelta. Atracamos y comenzamos a bajar los bártulos y armar el fueguito y las mesas para el almuerzo. El esfuerzo realizado, hizo que nos lanzáramos sobre la mortadela; el queso; las milangas que quedaban y los clásicos maní, y por supuesto todo ello regado con abundante Cinzano con Fernet, Fernet con coca y vinito. A continuación la modorra y el cansancio llamaron a una merecida siesta, al calor del solsito que estaba a pleno.
El lugar elegido, fue un gran acierto, había abundante leña, espacios para repararse, una lagunita copada (que a la postre resulto nuestra piscina natural), y sobre todo, una vista panorámica excelente. Esa noche, con un cielo salpicadísimo de estrellas, y luego de acopiar suficiente leña; Horacio Alfredo; Facundo y Oscar Ponce de León, comenzaron a preparar el clásico asado. En esta ocasión, degustamos carne uruguaya que en rigor de verdad (por lo menos la que compramos en el TaTa), no era de la calidad que comemos en nuestro país. Fueron 14 kg, quedando la mayoría para el otro día. Fue una rica cena, regada con abundante Astica. La sobre mesa transcurrió, entre charla y charla, los efectos del alcohol se hicieron sentir y de a poco iban cayendo vencidos por la larga y pesada jornada. La excepción, (casi todas las noches ocurrió lo mismo) la hicieron Facu y Nacho que eran los trasnochadores.
El Sábado 13, amaneció nuevamente con un sol a pleno. Según declaraciones de Facu y Horacio, fueron despertados por el ruido del chapoteo de los dorados sobre la superficie del río. Avivamos el fuego, preparamos las tostadas y el mate, para desayunar a la vera del río. De a poco se fue poblando de compañeros, a la vez que aumentaba notablemente el viento, como efectivamente lo pronosticaba el sitio WingGuru.
A media mañana, Facu; Oscar; Chirola y Quino, se fueron a pescar a la lagunita que estaba en sentido Noroeste del río. El último en levantarse resultó ser Nacho, como todo lo preveía, ya que fue el último en acostarse con un pedito considerable.
Luego de varias sesiones de mate, Omar; Horacio y Fabián; hicieron la clásica sesión de nado, a pesar de que el agua estaba bastante fría. Mientras tanto: Walberto, Dardo; El Negro; y Oscar, arreglaban el mundo debajo de unas plantas en la costa del río. A esa altura, decidimos poner a enfriar las bebidas en unos cajones de leche, que atamos a un arbusto y llenamos de piedras para que se mantengan a fondo. Como había tiempo de sobra (esta era la primera ves que nos quedábamos dos días en un mismo lugar), decidimos realizar una caminata por el lugar y descubrimos unas praderas de pasto muy verde, que no sabemos si eran para el pastoreo, si esa tierra estaba esperando para ser sembrada, o si era sólo para cosechar pasto y hacer esos rollos que uno ve en los campos. Al cabo de 1 hs. De caminata, volvimos al campamento (11:00 hs), preparamos otra ronda de mate, esta vez cerca de la laguna, ya que sobre el río había mucho viento, y nos dispusimos a tomar solsito y gastar un poco a Chirola, que no pescaba un carajo, lo que se transformó en una cábala, ya que inmediatamente se convirtió en el pescador mas efectivo, dejando en el lugar de fierro, al Quino.
Se hicieron las 12:30 hs, Walberto ya estaba impaciente, en consecuencia decidimos tomarnos el aperitivo. Luego vino el almuerzo (calentamos el asado de la noche anterior) y se produjo una de las charlas mas interesantes y entretenidas del viaje. Hubo un tema de debate, que giró en torno a la performance de los debutantes, a esa altura Omar lanzó un balance sobre las excelentes condiciones que habrían desarrollado los debutantes, por su puesto que se lo bajó del pedestal con la crudeza que ameritaba el grado de autobombo que se había hecho el fanfarrón. Y seguidamente nos divertimos muchísimo, con las declaraciones de Omar, y las intervenciones del resto de los compañeros, que pusieron al negro en su lugar. Al cabo de 2 hs. De debate, bien regado de vino, la mayoría se fue a la lagunita, la que fue aprovechada como una gran pileta de natación. A esa altura de la tarde y un poco adobados, las zambullidas en bolas fueron parte del entretenimiento vespertino, con una anécdota, que se trató del casi fallecimiento, por asfixia por inmersión de Chicona, a manos de Fabián que se apoyó sobre los hombros (en un número de nado sincronizado) y le hizo tragar un par de litros de agua. A las 17,30 aprox. Decidimos volver al campamento, para matear nuevamente a orilla del río.
A esa altura, surgió el tema del fútbol y las rivalidades entre El Lobo y el Pincha, y hubo un desafío a intercambiar camisetas del archirrival. Tanto Quino, como Horacio, recogieron el guante y Nacho por supuesto acepto. De modo que hubo abundante sesión fotográfica, inmortalizando ese intercambio. Algunas malas lenguas arriesgaban la opinión de que todo fue una estrategia del presidente de la filial Zubeldía (o sea Quino) para hacerlo entrar a Nacho y luego someter las fotos a un prolijo fotoshop, de manera tal que sólo quede expuesto para la comunidad ensenadense, nacho con la casaca pincharrata.
Mas tarde hubo sesión de pesca, donde se lucieron, Facu, Quino y Chirola, sacando varios doradillos (uno de unos 2 ½ Kg.) que fue para la parrilla, junto con las tarariras grandes. Por la noche, con la dirección gastronómica, de Oscar, hubo fritanga de bagre, acompañada por dorado y tarucha a la parrilla, sumado a unas riquísimas papas fritas, a cargo de Chicona. Como todas las noches, la sobremesa se prolongó algunas horas.
El Domingo 14, amaneció con muy buen clima, aunque un poco más nublado que el sábado. Luego de los mates, levantamos el campamento, y a eso de las nueve nos embarcamos para el 2do. Destino, que sería algún sitio a unos 15 Km de Mercedes.
Esta vez el río no corría tan rápido como el sábado. Al cabo de unos 8 km (50 mts.) nos encontramos con el arenal grande, lo cual viene a confirmar que hay que respetar lo planificado en nuestros mapas, y no dar crédito a lo que te digan extraños, como en este caso la chichís, que evidentemente (sin el GPS), no tenían bien claro en el Km que se encontraban. O sea que efectivamente, en el primer sitio que paramos, habíamos remado cerca de 40 Km. Luego de tomar unos mates y hacer unas sesiones de fotos y videos en ese inmenso arenal, seguimos la travesía, río abajo. A los pocos kilómetros pasamos los famosos rápidos, casi en forma desapercibida. Nos topamos con unos hinchas del Bolso y al toque, nos tuvimos que bajar de las canoas (en la punta de una Isla), ya que le pifiamos al cause y nos tocaba el fondo las piedras.
En determinado momento decidimos hacer trasbordo (a la altura del Hotel), y Horacio Alfredo pasó a la nave insignia (comenzaron a remar 3) y la canoa de éste se ató a la popa de la grande, de manera de remolcar a Walberto, que iba sólo en la popa de la amarilla, como si fuera el rey de una tribu africana, paseado por sus súbditos. Esta maniobra se debió a que la canoa de Horacio Alfredo se hacía ingobernable, habiendo a esa altura perdido mucha energía para poder llevarla en una sola dirección sin desvíos molestos, vale la pena aclarar que el motor natural de Walberto está bajo de aros y luego de 73 años de uso fue perdiendo compresión.
Alrededor de las 15,30 hs. Llegamos a la punta de una isla (justo enfrente de un complejo llamado barrancas coloradas), que tenía una extensa playa muy apta para quedarse y disfrutar del río (a esa altura faltaban 18 km para Mercedes), pero la dificultad de tener el monte (lugar de acampe) muy lejos (unos 150 mts) del agua, en consecuencia decidimos hacer un rodeo y ver como estaba del otro lado, (cabe aclarar que en este momento todos queríamos parar porque el cansancio era mayúsculo), pero con la mala suerte que del otro lado había un campamento y no daba para coparles el lugar. Así que decidimos seguir en busca de otro lugar más adecuado para armar un campamento. Al cabo de unos 3 km aproximadamente paramos en un lugar, que en un primer momento no nos impresionó como bueno para acampar, ya que estaba algo alejado del la orilla y teníamos que armar todo en la arena, pero no quedaba más “combustible” y estábamos extenuados.
Así fue que comenzamos a bajar el equipaje y Oscar se puso rápidamente a cortar leña. Dardo comenzó con la tarea de hacer el tuco para los tallarines, y por fin a las 18,00 hs almorcenamos con mucha fruición esos hidratos que fueron devorados implacablemente, excepto por Omar que estaba inapetente y no comió nada (ja, ja).
Esa noche (la última del viaje), los muñecos comenzaron a caer inexorablemente, el primero fue Walberto (20,30) y así paulatinamente, sólo los 2 trasnochadores (Facu y Nacho) que se quedaron hasta las 2 de la madrugada. Párrafo aparte merece, la verba inflamada de Loidi, que bajo los efectos del alcohol, dejó al descubierto sus sentimientos mas profundos, haciendo referencias un poquito soeces hacia “…ese rubio pelilargo y el otro que se creen los dueños de Boca Cerrada…, un personaje hermoso que se la pasó viendo bichas (supuestas víboras) vaso, va, vaso viene.
Al día siguiente, nos levantamos bien temprano, ya que había que llegar a Mercedes, no muy tarde. Tomamos mates, levantamos campamento y a las 8,10 hs. Partimos rumbo a Mercedes (destino final). Al cabo de 2 hs. De remo, comenzamos a divisar, las antenas, luego la ruta y enseguida pasamos debajo del puente y al toque el club de remeros.
Eran las 10,10 del Lunes 15 de Noviembre, luego de acomodar las canoas en el trailer y darnos una ducha reparadora en el Club (a propuesta de Fabián, ja, ja), almorzamos unos sándwiches y regresamos a nuestra querida Ensenada.

10 noviembre, 2010

Mañana zarpamos para Uruguay


EN EL MARCO DE UNA NUEVA TRAVESÍA CANOERA CONOCIENDO LOS DIFERENTES LUGARES DE NUESTRO PAÍS Y LOS PAISES LIMÍTROFES, MAÑANA JUEVES 11 DE NOVIMEBRE, PARTIMOS RUMBO A LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY. ALLÍ PENSAMOS NAVEGAR POR EL RIO NEGRO, DESDE LA REPRESA "EL PALMAR", HASTA LA CIUDAD DE MERCEDES. ESPEREMOS QUE TODO SALGA DE ACUERDO A LO PREVISTO. A LA VUELTA ESTAREMOS POSTEANDO LAS FOTOS Y LA BITÁCORA DEL VIAJE.

12 diciembre, 2009

Bitácora de viaje. Travesía Río Gualeguay

Este viaje estaba programado para bajar el Río Negro en Uruguay, pero debido a algún inconveniente de último momento, cambiamos el derrotero y nos decidimos (por sugerencias de Dardo y Horacio Alfredo) por el Río Gualeguay, ya que estuvieron mirando fotos y el paisaje lo ameritaba.
Según el pronóstico extendido del S.M.N. decía que nos tocarían 3 días de tormentas intensas, pero como ya estábamos en el baile, decidimos bailar.
Entre las 8,00 y las 9, 20 del Jueves 13/11/09, fuimos llegando a la casa de H. Alfredo Curti, pegadito al hito histórico que constituye el Fuerte Barragán. Allí comenzamos a cargar todo el equipaje y las canoas. Salimos aproximadamente a las 10,00 hs para la casa de Oscar Ponce de León, donde nos esperaba él, junto a su hijo Facundo, Carlitos y el viejo Eduardo “Farinelo” Cao.
Allí, terminamos de cargar el equipaje que faltaba y a eso de las 10,50 salimos definitivamente a nuestro primér destino (Paso de la Lana) en la ciudad de Gualeguay.
En la ruta 6 (apenas 30 km de haber salido) el excesivo viento aparente, no tubo piedad con el guardabarros del flamante Trailer (que inauguramos para este viaje y que fue armado con mucha profesionalidad en el taller del Quino Firpo). Esto se produjo porque la soldadura del guardabarros corrió por cuenta del profesor Pastilla Volpi, quién demostró que como soldador es apenas un regular profe de educación física.
El viaje transcurrió sin problemas, llegando a la oficina de turismo de Gualeguay a las 16,00 hs. Después de haber recogido la información que nos permita llegar sin inconveniente al 1er. Destino y luego de recorrer 35 Km por la ruta ¿?, llegamos al sitio indicado (Aldea Asunción) y de allí hacer 17 km de ripio para finalmente terminar el viaje, en nuestro primer destino, llamado Paso de la Lana a las 18,00 hs.
Mientras armábamos el campamento, Grabiel; Pastilla y Oscar, volvieron a llevar los vehículos al camping municipal de Gualeguay, que era el lugar de destino final. Nos pegamos un buen baño y la nadada de rigor. Los conductores, volvieron como a las 21,30. Cenamos y la noche se fue despejando, volviéndose sumamente estrellada. Carlitos, Facu y Chicona (los optimistas de la pesca), utilizaron ½ kg de salamín, para pescar 4 bagres y un Patí de 150 grs.
A medida que las influencias etílicas se apropiaban de los cuerpos cansados del largo viaje, nos fuimos yendo paulatinamente a dormir.
El amanecer del Viernes 13 se presentó óptimo, sin viento y con una hermosa luna cuarto menguante. Grabiel (el primero en levantarse) fue avivando el fuego y preparando los mates y las tostadas. Eran las 6,40, poco a poco se fueron levantando, excepto los tres últimos en acostarse (como casi siempre) que todavía dormían. Se fue levantando el campamento, preparando las canoas y salimos hacia nuestro 2do. Destino (Paso Corralito) a las 8,35. La jornada no se podía presentar mejor, buen sol, viento norte (de popa) y a remar. A la 1 y ½ de remada, luego de haber dejada atrás varias playas de arena blanca, paramos en una de ellas a tomar unos mates y estirar, pegarse un chapuzón reparador y salir de nuevo. Continuó el buen clima y como a las 12,00 llegamos a un sitio que parecía ser Paso Corralito, evaluamos la posibilidad de parar pero el lugar no convencía demasiado (teniendo en cuento algunos de los excelentes lugares que habíamos dejado atrás). Seguimos unos 2 km más, encontramos en una balsita arenera a 3 lugareños que nos dijeron que efectivamente el lugar que habíamos pasado recién era Paso Corralito y que hasta Gualeguay era todo barranca y no había mas playas. En consecuencia volvimos a Paso Corralito y ahí hicimos el campamento. El calor era intenso, mucha humedad, que presagiaba la tormenta de lluvia y viento que al la tardecita iba a sobrevenir.
Armamos la mesa y comenzamos a deglutir la comida que habíamos traído. Por la tarde hicimos una prolongada sesión de baño. Mientras tanto el clima se enrarecía y la tormenta se aproximaba. El viejo Cao y Fabián, armaron la carpa y se fueron a dormir la siesta, igual que Walberto, así que fueron de los pocos que no sufrieron la mojadora y el viento que se desató con furia sobre el campamento. Mas tarde armamos una toldería con troncos (que de noche Oscar se emecinaba en cabecear a lo Palermo) y lonas para parar el viento y que nos permitiera poder cocinar los vacíos y el costillar cómodamente. El asador oficial (Ponce de León) armó los soportes para la parrilla, se prendió el fuego y se comenzó a cocinar la carne, que contó con la inestimable colaboración del compañero Chicona, que por estar convaleciente, y no poder realizar esfuerzo alguno, fue trasladado como un Jeque Arabe en la cano grande por los palistas Chirola y Maique.
En verdad Chicona no tiene nada que envidiar a la destreza de Ponce como asador, ya que eso estaba exquisito. Eran las 21,30 y la grasa de la carne chirreaba sobre el fuego, preanunciando que faltaba muy poco.
Fue una gran cena, acompañada por el infaltable Finca Las Moras. Entre una cosa y otra palabra va, palabra viene, fueron saliendo temas de conversación, 1ro. Sobre el deporte y mas específicamente, la opinión de algunos sobre que el fútbol, y las expectativas que el medio (telev. Futbol infantil, prensa, etc) va creando en lo pibes, que cuando no son mas tenidos en cuenta se les crea una gran frustración. Otros opinaban que no había o debería haber tal frustración, porque eso es algo natural y en tal caso es una defección de los padres no preparar a los pibes sobre lo difícil que es llegar al fútbol profesional.
La falta de planificación a nivel estatal, para crear las condiciones (infraestructura, becas, etc) que permitan a los niños y jóvenes, poder orientar y desarrollar sus potencialidades atléticas, mas allá del fútbol. Esto fue derivando en la política, actual, reciente y no tanto y comenzó la polémica. A medida que la discusión crecía en términos emotivos y el cansancio se iba apoderando de los muchachos, fueron abandonando el fogón, para entregarse al descanso. Cerca de la 1,30 los últimos trasnochados se fueron a dormir, con la excepción de Chirola y Horacio que aprovecharon el lindo rancho armado, y se quedaron a apoliyar afuera, al calor del fogón.
El Sábado amaneció con inmensos nubarrones amenazantes, pero por suerte no tuvimos lluvia, por lo contrario de a poco las nubes fueron dejando paso al gran Inti, que se mostraba de a ratitos. Luego del desayuno, fuimos desarmando el campamento, y preparándonos para la partida, la que resultó ser retrasada por que los pescadores (Facu y Carlitos) debieron ir a sacar el trasmallo y limpiar los pescados atrapados (en este punto habría que replantear si vale la pena 1 ½ hora de retraso por 3 sabalitos y una tarucha). De pronto la solución sería que se planifique de otra forma para no retardar la partida.
A las 9,20 hs zarpamos hacia el 3er. Destino –Paso Coronel-. A esta altura del viaje, notamos que hubo un error de cálculo con el agua, ya que estábamos terminando las últimas reservas, lo que significa en esta situación un problema. A poco de andar paramos tomar unos mates en una muy linda playa con un canalcito (tipo laguinita) al que el gaucho Yuhak bautizó (paso la orqueta). Seguimos viaje en busca de un camping que era nuestra referencia para detectar el lugar de acampe ya que el mapa marcaba 20 km desde Paso Corralito.
Con un sol abrazador, y el cansancio que se iba apoderando de los remeros, y la no aparición del camping decidimos buscar un lugar para acampar. Luego de varios cabildeos acampamos a las 14,50 (5 ½ hs. De remo) en un sitio que nos permitió ubicar las carpas bajo un montecito de plantas que suponíamos cercano al camping de referencia. Armamos el campamento, le entramos a la mortadela, el queso y los maníes que todavía sobrevivían, juntamos leña y a calentar el asado de la noche anterior. Cansados y hambrientos comenzamos a deglutir todo lo que caía en la mesa. Después vino la siesta y a escuchar el partido entre Argentina y España, que lamentablemente resultaría una derrota para la escuadra nacional (el torneo de apuestas los ganaron los Curtis, que pronosticaron una derrota de la celeste y blanca). La tarde fue transcurriendo relajada y tranquilamente, varios se acostaron a dormir. Paradogicamente (Chicona) que la llevaba mas aliviada por su incapacidad para remar, fue quien mas apolilló (5 hs. Aprox).
A la tarde se jugó al truco, resultando la pareja de Carlitos y Fabián, apliamente ganadora (3 ganados y uno sólo perdido). Por la noche se calentó el asado del medio día y se cocinaron los pescados, al calor del fogón nos deleitamos con los cuentos e historias del gaucho Grabiel Yuhak (como el hombre se crió en el monte Chaqueño, es conocedor de la fauna y algo de flora autóctona), y consecuentemente con ello aprovecha la ocasión para delirarnos un poco. El tipo se aprovecha de nuestra ignorancia y nos vende humo (descubrimos, un pájaro nocturno con un canto muy particular, llamado “atrapacaminos”, el Crespín, (este sí existe) y algunos otros que Grabiel daba fé de su identidad.
Esa fue una hermosa noche con muchísimas estrellas como suele ocurrir en estos lugares que no están expuestos a la contaminación lumínica, lo que permite observar el firmamento en su plenitud de estrellas. Armamos un fogoncito, a metros del rio y siguió corriendo el vinito, y un purito que nos quedaba.
La mañana del Domingo se presentó con algo de sol y de a poco el cielo se fue nublando y la tormenta venía hacia nosotros. A pleno remo, nos encontramos con un par de lanchas de lugareños, aprovechamos para averiguar cuanto nos quedaba para el camping, nos dieron agua (pero seguía siendo escasa, sobre todo necesitábamos cerca de 20 lts. Para hervir los fideos). Cuando llegamos al Camping (teníamos la tormenta encima), bajamos, era un sitio bién cuidado y luego de debatir si seguir o no (pensabamos que para Gualeguay faltaba unas 4 ó 5 hs.), y habiendo agua potable en el lugar decidimos comer ahí (resultó una decisión acertada) ya que al la media hora comenzo a soplar un fuerte viento y se desató una lluvia intensa por mas de dos horas. No nos quedó mas remedio que usar de refugio el buffet del camping, y allí armamos un improvisado comedor, prendimos el fuego en un chulengo, hicimos el tuco, usamos para el estofado la última carne que quedaba y hervimos los fideos en el disco. Para luego entregarnos a los exquisitos Don Vicente. Es de destacar que toda esa comida era dignamente acompañada por el clásico Finca Las Moras que le compramos habitualmente a los amigos de la bodega “El Changuito” de 1 y 528.
Luego de comer, algunos se entregaron al descanso y los que quedabamos despiertos, la tribu de los quema basura, procedimos a pasar a mejor vida, incineración mediante, el histórico buso de Pritty, propiedad de H.A.C., protagonista de viejas batallas, ya descolorido y raído, por el paso de los años.
Luego de un par largo de horas de lluvia, el cielo comenzó a despejarse por el sur y al poco tiempo ya estábamos en condiciones de retomar la remada. En honor a la verdad, hace ya varias travesías que tomamos como norma no remar luego del almuerzo, no había mucho quórum, pero como no teníamos muy claro lo que faltaba para Gualeguay, decidimos retomar.
Así que los que dormían, muy a su pesar, levantaron campamento y a las 16,50 hs, luego de dejar una atención (2 botellas de vino) con una nota de agradecimiento al dueño del camping.
Pusimos rumbo al sudeste, desandando las últimas curvas y contracurvas (me cago en los meandros, diría Turchi). A 1 km del camping encontramos una balsa arenera (donde antiguamente había un balneario muy popular), y enseguida el puente de hierro del ferrocarril (El Gran Capitan), seguidito nomás una construcción sobre el río que era la antigua toma de agua.
A medida que nos aprox. A Gualeguay, iba apareciendo pescadores a la vera del Río. A las 2 hs. De remo se dejaban ver las torres de alta tensión de la Ruta.
Siendo las 19,20 hs. Pasamos por debajo de la Ruta 12 y del puente viejo que está inmediatamente. Ahí cerquita (200 mts.) estaba el camping municipal, donde nos esperaba el muy buen gaucho que resultó Juan, su esposa y su hijo, junto a los vehículos que nos trasladarían de regreso a nuestra querida Ensenada.
Los protagonistas por órden de nacimiento decreciente: Horacio W. Curti; Grabiel Yuhak (debutante); Eduardo Cao; Dardo Gonzalez; Oscar Ponce de León; Negro Barrios; Horacio Maique (debutante); Pastilla Volpi; Carlitos Salvo; Fabián Cabanellas; Chicona Mazzoni; Horacio A. Curti; Chirola Alvarez; Lucas Gonzalez y Facundo Ponce de León.